HONESTIDAD



La honestidad u honradez es el valor de decir la verdad, ser decente, recatado, razonable, justo u honrado. Desde un punto de vista filosófico es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente. Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas en la comunidad en la cual vive.


En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.

La honestidad según Confucio.
La honestidad es uno de los valores y componentes más importantes de una personalidad saludable con tu entorno y con los demás.
En su nivel más superficial, el Li, son todas aquellas acciones realizadas por una persona con objeto de construir la sociedad ideal, y destinadas a cumplir sus deseos, ya sea a corto plazo (mal) o a largo plazo (bien). Admitir que se busca la gratificación inmediata, con todo, puede contribuir a transformar un acto malo en uno peor, del mismo modo que ocultar las intenciones a largo plazo puede empeorar una buena acción. Un principio fundamental en esta teoría es la de que una buena persona debe mostrar sus sentimientos sinceramente en su rostro, de forma que facilite la coordinación de todos en la consecución de mejoras a largo plazo. Esta sinceridad, que abarca incluso a la propia expresión facial, ayuda a lograr la honestidad con uno mismo, y a que las actividades humanas resulten más predecibles, amigables y placenteras. En esta primera versión, la honestidad se logra buscando únicamente el propio beneficio.
En un nivel más profundo que el Li se encuentra el Yi, o la bondad. En este nivel no se persigue ya el propio interés, sino el principio moral de la justicia, basado en la reciprocidad. También aquí es importante el aspecto temporal de las acciones, pero en este caso como lapso de tiempo. Así, por ejemplo, dado que los padres dedican los tres primeros años de vida de sus hijos solo a cuidarlos, los hijos deben guardar luto los tres primeros años tras la muerte de los padres. En este nivel uno es honesto acerca de sus propias obligaciones y deberes, incluso cuando no hay nadie que los juzgue o que se vea inmediatamente afectado. Esta parte del código moral se relaciona con el culto a los antepasados, que Confucio hizo normativo.



El nivel más profundo de honestidad es el Ren, desde el cual surgen el Yi y por tanto también el Li. La moral de Confucio se basa en la empatía y la comprensión de los demás, lo que requiere una autocomprensión previa, de la que nacen las normas morales, más que de un código ético previo, otorgado por alguna divinidad. La versión confucionista del imperativo categórico consistía en tratar a los inferiores como te gustaría que tus superiores te tratasen a ti. La virtud se basa en la armonía con los demás, y en la aceptación de que en algún momento de nuestras vidas todos estamos a merced de otras personas. La honestidad consiste por lo tanto en ponerse en el lugar hipotético de la propia vida futura, y la de las generaciones pasadas y venideras, y elegir no hacer o decir nada que pueda mancillar el honor o la reputación de la familia.
En parte debido a una comprensión incompleta de estas nociones más profundas de honestidad en Occidente,es común en determinadas culturas de Asia denominar "bárbaros" a aquellos que no las conocen y las cumplen. Pese a que en ocasiones ciertas culturas asiáticas implican unos niveles de ambigüedad y paciencia.


COMO PONER EN PRACTICA LA HONESTIDAD



Recordemos que el valor de la honestidad:
Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quién lo que le es debido.






La persona que es honesta puede reconocerse por:
- Ser siempre sincero, en su comportamiento, palabras y afectos.
- Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos
voluntarios.
- Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás.
- Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.
- Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.

Parte importante de nuestro esfuerzo personal para mejorar este valor, es reflexionar en nuestra actitud habitual hacia la honestidad:
- ¿Aprovecho el tiempo trabajando con intensidad? y profesionalmente evito aparentar ocupación para
no recibir llamadas de atención?
- ¿Cumplo con la promesa de no revelar confidencias recibidas, sean personales o profesionales?
- ¿Evito aprovecharme de la ignorancia, el descuido, las debilidades o el exceso de confianza de los
demás?
- ¿Devuelvo con oportunidad y en buen estado, todo lo que he recibido en préstamo?
- ¿Reparo el daño causado a los bienes ajenos por mi descuido o pereza?
- ¿Rechazo toda murmuración o comentarios que afecten a la reputación de los demás? 
- ¿Procuro hablar siempre bien de las personas?
- ¿Es mi comportamiento igual con todas las personas y en todo lugar?

Para vivir con más cuidado y esmero el valor de la honestidad, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes acciones:
- Debes ser fiel a tus promesas y compromisos por pequeños que puedan parecer.

- Lleva con claridad el manejo que haces del dinero, sin buscar quedarte con una parte alterando las
cuentas, inventando gastos o argumentando extravíos.
- Si adquieres una deuda págala con oportunidad. No te escondas ni te molestes por el cobro, pues en
justicia debes cumplir con ese compromiso.
- Aléjate de la pereza y cumple con tus deberes, así no tendrás necesidad de dar pretextos o mentir
para encubrir tu falta de responsabilidad.
- Habla siempre con la verdad. No inventes ni exageres cosas sobre tu persona o sobre los demás. Lo
mismo ocurre ante los problemas, situaciones laborales o de la vida cotidiana.
- No reveles aspectos negativos de la personalidad de los demás, aunque no te hayan pedido guardar
el secreto, pues podrías caer en la murmuración, calumnia o difamación.
- Acepta serenamente los errores y fallas que has cometido, así como sus consecuencias; rectifica, y
si es necesario, pide disculpas.
- Evita criticar negativamente las normas que existen en tu trabajo, la escuela o cualquier lugar, con
personas ajenas y con poco conocimiento de las circunstancias. Dirígete al encargado, directivo o autoridad correspondiente.
- No tomes ni utilices los bienes ajenos sin la aprobación del legítimo propietario, aunque exista mucha
confianza.
- Utiliza con propiedad los instrumentos de trabajo que están bajo tu responsabilidad.

- Demuestra respeto y fidelidad a tu cónyuge, evitando cualquier forma de coquetería o excesiva
confianza con personas del sexo opuesto. El engaño también es incorrecto en el noviazgo.
La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.

Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.

Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera transparente con sus semejantes, es decir no oculta nada, y esto le da tranquilidad. 

Quien es honesto no toma nada ajeno, ni espiritual ni material: es una persona honrada.

Cuando se está entre personas honestas cualquier proyecto humano se puede realizar, y la confianza colectiva se transforma en una fuerza de gran valor.

Ser honesto exige coraje para decir siempre la verdad, y obrar en forma recta y clara.

«PARA SER HONESTOS»

a.- Conozcámonos a nosotros mismos.

b.- Expresemos sin temor alguno lo que sentimos ó pensamos.

c.- No perdamos nunca de vista la verdad.

d.- Cumplamos nuestras promesas.

e.- Luchemos por lo que queremos jugando limpio.

«LA DESHONESTIDAD»


Cuando alguien miente, roba, engaña ó hace trampa, su espíritu entra en conflicto, la paz interior desaparece y esto es algo que los demás perciben porque no es fácil de ocultar.

Las personas deshonestas se pueden reconocer fácilmente porque engañan a los otros para conseguir de manera abusiva un beneficio.

Es muy probable que alguien logre engañar la primera vez, pero al ser descubierto será evitado por sus semejantes ó tratado con precaución y desconfianza.

«OBSTÁCULOS PARA LA HONESTIDAD»

a.- La impunidad que demuestra que se pueden violar las leyes y traicionar los compromisos sin que ocurra nada.


b.- El éxito de los "vivos" y los mentirosos, que hacen parecer ingenuas a las personas honradas y responsables, pues trabajan más y consiguen menos que aquellas que viven de la trampa.

c.- La falta de estímulos y reconocimientos a quienes cumplen con su deber y defienden sus principios y convicciones a pesar de las dificultades que esto les pueda acarrea.

"SER HONESTO PUEDE QUE NO TE DE MUCHOS AMIGOS PERO TE DARÁ LOS AMIGOS ADECUADOS" Jonh Lennon

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